
El seguimiento efectivo del progreso no se trata solo de marcar casillas; es un proceso dinámico que informa la toma de decisiones y los ajustes del plan. El seguimiento no es solo para la observación, sino para la acción informada. Este proceso garantiza que el plan estratégico siga siendo relevante y efectivo.
Consideremos una empresa de tecnología que establece como objetivo aumentar su base de clientes en un 20% en un año. A mitad de año, los informes de progreso muestran solo un aumento del 5%. La empresa organiza una reunión de adaptación, donde se dan cuenta de que su estrategia de marketing no está resonando con su público objetivo. Deciden modificar su enfoque de marketing, centrándose en nuevas plataformas más frecuentadas por sus clientes ideales. Este ajuste, basado en un seguimiento regular, realinea sus esfuerzos con su objetivo estratégico.
Veamos algunos métodos para realizar este proceso de manera efectiva.