Los Salmos son una rica colección de poesía. Consisten en cinco “rollos” que juntos conforman el “libro” más grande de la Biblia. Los Salmos expresan todo el espectro de emociones humanas, desde las mayores alegrías hasta las profundidades de la desesperación. No son principalmente cognitivos, acerca de lo que deberías creer. Más bien, nos ayudan a adorar. También nos ayudan a expresar nuestros sentimientos a Dios, desde la alegría hasta la tristeza y la ira.
Los Salmos consisten en varios tipos. Cada uno cumple diferentes propósitos y expresa diferentes aspectos de nuestra relación con Dios. Lo hacen a través de la poesía hebrea, que rimaba pensamientos en lugar de sonidos. Una línea podría repetir el sentido básico de una línea anterior de manera diferente (paralelismo sinónimo), contrastar con ella (paralelismo antitético) o extenderla de alguna manera (paralelismo sintético).
Si los salmos de lamento expresan tristeza y pena, los salmos de imprecación expresan ira. Son un tipo diferente de expresión de lamento, caracterizados por sus apelaciones por venganza divina contra enemigos que han hecho cosas malvadas. Expresan el ruego del salmista por justicia frente a la opresión, el engaño y la violencia. Estos salmos, aunque a menudo inquietantes en su intensidad, enfatizan el anhelo de justicia divina y el triunfo de la rectitud sobre el mal. Podemos expresar nuestra ira a Dios.
Una lección de los Salmos es que podemos ser honestos con Dios sobre cómo nos sentimos, sin importar lo que estemos sintiendo.