Las cartas de Pablo abarcan una amplia gama de temas teológicos y éticos. Es importante darse cuenta de que estas creencias no eran, en gran medida, ideas abstractas para Pablo. Por un lado, los fundamentos de la enseñanza de Pablo eran judíos, basados en el Antiguo Testamento y en las creencias fundamentales del judaísmo (por ejemplo, la resurrección). Pablo nunca se vio a sí mismo ni a Jesús como fundadores de una nueva religión. Consideraba que su enseñanza no era otra cosa que la verdadera fe israelita, basada en las Escrituras (lo que ahora llamamos el Antiguo Testamento).
Lo que hacía único al movimiento de Jesús tenía que ver con Cristo, particularmente con la fe en su muerte y resurrección. El evento de Cristo trajo una nueva perspectiva sobre el plan de Dios. Por ejemplo, el judaísmo no esperaba un Mesías que muriera o resucitara. La resurrección no se entendía como un evento clave con el Mesías seguido de otra general mucho más tarde. La singularidad del entendimiento cristiano radica, en gran medida, en el cumplimiento en Jesús Cristo.
No hay judío ni gentil, ni esclavo ni libre, ni hombre ni mujer, porque todos ustedes son uno en Cristo Jesús.”
Gálatas 3:28
Dentro del movimiento cristiano, la distinción de la teología de Pablo se forjó “sobre la marcha,” por así decirlo. La teología de Pablo sobre la plena inclusión de los gentiles surgió a medida que las buenas noticias daban fruto entre los no judíos. Esta dinámica, casi sorprendente, trajo tensiones con la identidad judía, requiriendo que Pablo y otros desarrollaran una teología sobre su inclusión. Incluso en las cartas de Pablo, el Espíritu Santo lo guiaba a “ocuparos en vuestra salvación con temor y temblor” (Fil. 2:12 EM).
Después de Pablo, los debates sobre el significado de sus cartas cobraron vida propia. Cristianos a lo largo de los siglos, como Agustín, Lutero, Calvino y John Wesley, han debatido sobre su significado. Cuando las leemos hoy, a veces nos resulta difícil escucharlas con oídos frescos. Para muchos protestantes, las cartas de Pablo se tratan casi como más centrales para la fe cristiana que los Evangelios o las enseñanzas del propio Jesús.
Aquí están algunos de los temas clave de las cartas de Pablo, forjados en el contexto del diálogo cristiano interno y sus viajes misioneros:
A lo largo de sus cartas, Pablo enfatiza la idea de que los creyentes no son individuos aislados, sino partes integrales de un organismo espiritual más grande: el cuerpo de Cristo (por ejemplo, 1 Cor. 12:12-27; Rom. 12:3-7). Utiliza la metáfora del cuerpo para transmitir la interconexión y la interdependencia de los creyentes dentro de la comunidad cristiana. Al igual que las diferentes partes del cuerpo cumplen funciones distintas pero trabajan juntas en armonía para el bienestar del todo, los cristianos deben cooperar, apoyarse y amarse mutuamente dentro de la iglesia.
Pablo destaca esta unidad a nivel local, instando a sus iglesias a estar unidas (1 Cor. 1:10; Fil. 2:1-4). Pero también destacó la unidad entre los creyentes judíos y gentiles, un tema que aparece de manera más poderosa en Efesios 2. La unidad de los creyentes judíos y gentiles impulsa gran parte de la teología de Pablo, como veremos más adelante.
Epístola | Temas breves |
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Romanos | La justicia de Dios, la salva |