Dando forma a la imagen

En su lección, el Dr. Steve Deneff va más allá del concepto de John Wesley sobre la imagen de Dios como las formas en que los humanos funcionamos y se centra en quiénes somos realmente. Deneff habla de la imagen de Dios como “algo que Dios nos da.” Cuando los animales fueron creados, señala Deneff, estaban terminados. Estaban completamente formados. En contraste, la humanidad no estaba terminada en el momento de nuestra creación.

Nuestro camino hacia la santidad es un camino en relación con Dios. Deneff comienza esta lección con una referencia a René Girard. Girard argumentaba que “tomamos prestados” nuestros deseos de quienes nos rodean. No tenemos deseos propios; estos son moldeados por otros. Siguiendo esta idea, Deneff se pregunta qué podría pasar si nuestros deseos fueran moldeados por nuestra relación con Dios. 

Deneff se pregunta: ¿No es esto de lo que hablamos cuando pensamos en la imagen de Dios en nosotros? ¿No se trata la santidad de moldear quiénes somos porque estamos en relación con Dios? ¿No es una especie de “préstamo” de nuestros deseos de Dios?

Entonces, en lugar de hablar de las formas en que los humanos funcionan, como lo hacía Wesley, Deneff habla de cinco dominios en los que Dios quiere moldearnos, componentes de quiénes somos. Estos son aspectos de nuestra identidad que Dios quiere moldear en relación.

Primero, está el componente espiritual de quiénes somos. Esta es la parte de nosotros que busca a Dios. Fuimos creados para anhelar a Dios, para buscar la unión con él. Estamos “en” Dios, y Dios está “en” nosotros.

Luego está el componente político de quiénes somos, como también creía Wesley. Dios nos creó con la capacidad de gobernar y administrar. Podemos mejorar las cosas. Podemos ser administradores de la creación de Dios.

A continuación, está la dimensión moral de quiénes somos. Podemos discernir entre el bien y el mal. Deneff menciona el concepto de Richard Foster de “la permisividad del amor.” Somos libres para expresar nuestros pensamientos, sentimientos y deseos más profundos en nuestra relación con Dios.

Somos seres relacionales. “La santidad es vivir en una relación correcta con otras personas,” dice Deneff. Podemos darles a otros y no solo tomar en un modo transaccional.

Finalmente, Deneff menciona un componente vocacional de la imagen de Dios. Dios colocó a Adán y Eva en el Jardín y los envió a trabajar. De la misma manera, Dios nos llama a trabajar en el mundo con él.

Deneff enfatiza que la imagen de Dios en nosotros no es estática. Es algo que Dios está moldeando constantemente para que seamos más y más como él. En relación con él, está constantemente haciéndonos más como él en los diversos aspectos de quiénes somos. Lo anhelamos. Gobernamos como él. Elegimos el bien como él. Amamos a los demás como él. Y trabajamos como él.