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¿Que es el amor?

Requisitos de finalización

El amor desinteresado dice que no tengo deseos excepto el bien del otro.

- Steve Deneff

¿Pero qué es el amor? Basándose en los místicos cristianos, el Dr. Steve Deneff señala que en realidad hay dos tipos diferentes de “amor.” El primero es un amor orientado hacia uno mismo o egoísta. Cree que ama al otro, pero de hecho es un amor egocéntrico. Realmente se trata de ti, no de Dios ni de la otra persona que crees amar. Por el contrario, el verdadero amor es desinteresado. Se trata verdaderamente de dar al otro.

Esta es una distinción muy útil porque podemos engañarnos fácilmente. Como adolescentes, podríamos pensar que estamos locamente enamorados de alguien cuando, de hecho, estamos embriagados por el sentimiento de la infatuación. Pero no solo los jóvenes confunden su placer personal con el amor verdadero. Deneff aclara: “El amor desinteresado dice que no tengo deseos excepto el bien del otro.”

Deneff luego presenta las cuatro categorías de amor de Bernardo de Claraval (1090-1153):

  1. Podemos amar a otros por nuestro propio bien.
  2. Podemos amar a Dios por nuestro propio bien.
  3. Podemos amar a Dios por el bien de Dios.
  4. Podemos amar a otros por el bien de Dios. 

Los dos primeros son tipos de amor egoísta. Los dos últimos son amor desinteresado. No podemos tener amor desinteresado sin el poder del Espíritu Santo. No es algo que podamos lograr solo con esfuerzo. Es algo que solo puede suceder cuando nos entregamos sin reservas a Dios en la mayor medida que conocemos.

El amor no es un sentimiento, aunque los sentimientos pueden ser parte del amor. Podemos amar a otra persona incluso cuando estamos enojados con ella. El amor implica decisiones, pero es más profundo que nuestras elecciones. Es cierto que podemos elegir amar cuando no queremos hacerlo. Podríamos estar muy molestos con alguien y aun así elegir hacer lo correcto y amoroso. El amor puede reducirse a una decisión que tomamos independientemente de nuestros sentimientos o deseos.

El amor es, sin duda, un compromiso, pero es un compromiso en lo más profundo de nuestro ser. Es una disposición alimentada por Dios. Es una disposición que Dios nos da a partir de nuestra relación con él. Luego, esa relación con Dios se desborda en nuestras relaciones con los demás. 

El amor, en su forma más pura, comienza con el amor que Dios tiene por nosotros, lo que nos empodera para entregarnos completamente y sin reservas a nuestra relación con él. Luego, él llena nuestros corazones con amor a través del Espíritu Santo, un amor desinteresado. Ese amor desinteresado hace todo para la gloria de Dios (1 Cor. 10:31 EM) en el nombre del Señor Jesús (Col. 3:17 EM). Como resultado, deseamos el bien del otro por el bien de Dios, lo cual también es por su propio bien.