Al final de la lección, el Dr. Deneff sigue el ejemplo de Francisco de Sales y sugiere que establezcamos disciplinas espirituales que nos lleven hacia las virtudes que contrarresten nuestras vulnerabilidades espirituales. Si nos sentimos tentados por la lujuria, no solo podemos evitar cualquier cosa que esté ante nuestros ojos y que alimente tales tentaciones, sino que podemos disciplinar nuestras mentes a través de la oración y el amor positivo hacia los demás, que no tratan al otro como un objeto para ser usado sino como personas a las que respetar. Si nos sentimos tentados a chismorrear, no solo podemos evitar participar en esa conversación, sino que podemos disciplinarnos para decir múltiples cosas positivas sobre los demás, de los que de otra manera chismorrearíamos.
¿Cuáles dirías que son tus mayores vulnerabilidades espirituales y áreas para un mayor crecimiento en la santidad? ¿Existen algunas “contradisciplinas” que podrías poner en práctica para entrenar tu mente? Prueba este ejercicio y luego carga tus reflexiones sobre la experiencia usando la opción a continuación.